Tuesday, January 25, 2011

Monday, August 23, 2010

¿Intelectuales y Políticos o Intelectuales Políticos?

Uno de los aspectos que más se criticó, posterior al nombramiento del gabinete de Sebastián Piñera, fue que estaba compuesto principalmente por personas provenientes del mundo gerencial y académico, pero que poca o nula experiencia habían tenido en la política dura. Respecto de los últimos, es decir, los que vienen de la academia; se mencionó la imposibilidad de éstos de hacer bien el trabajo de Ministros por cuanto la "teoría era muy diferente a la práctica" y que la experiencia política no se obtenía en los libros sino participando activamente en ella.
Lo cierto es que estas afirmaciones parecen olvidar un poco la historia política reciente de Chile, al no darse cuenta que desde hace 35 años la "pega" en los Ministerios más relevantes para la nueva clase gobernante (Principalmente el de Hacienda)han estado dominados por personas destacadas en el mundo de la academia, ya sea dentro como fuera de Chile.
En efecto, con la dictadura, la llegada de los Chicago Boys y la posterior reestructuración económica del país; los Ministerios han estado invadidos principalmente por técnicos que por fuerza o voluntad propia adquirieron experiencia política. Por eso, las críticas hacia los Ministros-académicos parecen negar la relevancia de los intelectuales de la Concertación en la negociación para el retorno de la democracia ("tutelada" diría Felipe Portales, pero democracia al fin y al cabo).
Los miembros del "Think Tank" demócrata-cristiano, el Centro de Estudios para Latinoamérica (CIEPLAN), tuvieron un rol principal en la negociación con la dictadura y los empresarios para entregarles garantías a éstos de que no se verían perjudicados por un eventual cambio de gobierno. Y así fue. De hecho, los empresarios nunca tuvieron mejor momento para invertir, hacer negocios y, por qué no decirlo, abusar. (continua...)

Tuesday, July 21, 2009

PROHIBICIONES Y PALABRAS.

Felipe Sánchez Barría.


Hace un par de días atrás, durante esas conversaciones que son mas frecuentes de las que uno quisiera, me encontré discutiendo acerca de tabúes y prohibiciones. La discusión fue tomando varias aristas acerca de nuestra particular forma de entender estos conceptos, los que concluimos, eran sinonimos, aunque sin consensuar claramente el contenido particular de lo que significaban estas palabras; sin embargo, al menos nos acercamos a aceptar que tanto tabúes y prohibiciones son practicas o, en general, temas que son incomodos tratar, y que el transgreder la norma implícita que prohibe, puede traer consigo castigos sociales considerables.

Han pasado los días y gracias a nuevas lecturas (nuevas pero no tan profundas) he vuelto sobre lo mismo, tabúes y prohibiciones. Debo reconocer, no obstante, que aun no preciso el contenido del concepto, aunque podria utilizar un diccionario y todo sería mas facil, quiero evitar este ejercicio puesto que me he dado cuenta que todos tenemos una idea, quizas no tan facil de verbalizar, pero que aún así podemos comprender a que nos referimos. Ahora bien, el tema del tabú, como aquello que una sociedad ha marginado dentro de si misma, contituye una forma, en mi opinion, de reproducir un orden y/o mantener un status quo. En este sentido, el tabú tendría directa relación con una autoridad, con un poder.

Requerería de lecturas y reflexiones mucho mas produndas para referirme a ese poder o esos poderes, que regulan y establecen las dichas prohibiciones, ademas tampoco es el objetivo de este breve ensayo, al menos eso puedo establecer a este momento, cual no es el objetivo de lo que estoy escribiendo. Pero volviendo a la superflua reflexión sobre los tabúes, en mi opinión estas no tienen tanto que ver con las acciones que con las palabras, dicho de otro modo, da lo mismo lo que hagamos, lo que nos perturba es el decirlo, el contarlo.

El establecimiento de la sociedad disciplinaria trae consigo un cambio en las practicas judiciales, asi mismo que en el contenido de las leyes, es decir ya no se castiga de la misma forma ni los asi considerados faltas a la ley siguen siendo las mismas; pero mas profundo que eso, el objeto de la justicia ya no descansa en el hecho mismo, en el acto delictual; sino en el sujeto y en su potencialidad para cometer un delito. De este modo la sociedad panóptica ya espera que el hecho se consuma para castigar, sino que vigila para que estos sujetos potenciales delicuentes no comenta las dichas faltas. Es asi como Foucault justifica el surgimiento de instituciones policiacas y de normalización, como la escuela, los hospitales, las cárceles etc..

Así mismo, surge el poder de la palabra, de lo dicho mas que de lo hecho; es lo que se dice y lo que no se dice lo que se castiga o se premia. Por tanto el conocer, es un arma de doble filo, es mejor no saber algunas cosas, pues asi no podemos decirlo; es mejor saber algunos secretos pues tenemos poder sobre otros etc...de este modo la conducta transgresora o desviada no es la de aquel que lo practica en silencio, sino es aquel afán por contarlo. En este sentido cobra mas fuerza frases como: “...y lo cuenta todavía”; o “yo no lo contaría”; ambas frases no condenan un acto en especifico mas que el de la verbalización del acto. Por tanto, los tabúes no son practicas prohibidas sino temas prohibidos de hablar, es ese tema que nos pone incomodos a la hora de hablarlos, mas no de ejecutarlos, porque debemos reconocer que, al menos la mayoría nos causa placer.

Incluso frases como “que bueno que tengas la confianza de contarmelo”, ya indica la relevancia de lo dicho ante lo hecho, aunque lo hecho pueda ser abiertamente transgresora a las normas explicitas de una sociedad, lo que importa siempre son las palabras; es esa perturbadora obsesión por la confesión de un sujeto del que se sabe lo que ha hecho; es esa incomodida que le produce a una mujer maltratada o abusada de contar lo sucedido, que prefiere seguir siendo abusada antes de contarlo, por “verguenza·, como dicen. Es asi que las palabras estan fuera de las cosas, y al parecer estan por sobre las cosas y los hechos.

Aunque tambien es necesario reconocer que la formación de las prohibiciones, generan un mayor goce de la transgresión de la norma, mientras esta no se cuente. Aquél o aquella que “goza pa callao”, que la “hace piola”, ese que “se hace el hueón nomá”; son todos y todas los que saben que se esta transgrediendo el tabú, pero que aunque se conoce solo es en ese sustrato de la sociedad donde todos saben pero nadie cuenta nada, no porque tengan un deber moral de hacerlo o no, sino por el simple hecho de que también disfrutan siendo complice; asi como aquél que ve quien fue el asesino pero no lo encubre se vuelve cómplice y debe pagar también.

Tambien debo mencionar que esto mismo (ser cómplice con ese falso silencio), también contribuye a la formación de una sociedad hipocrita, por esto mismo cabe preguntarse cuales son los tabúes que aún nos dominan, pues de otro modo no podriamos explicar nuestra hipocresía, nuestra envidia al existoso, nuestra “chaquetería”.

En particular creo que en Chile, caun persiste el tabú del sexo. Hace un par de días atrás nos reíamos con unas amigas debido a la incomodidad que le producía a las personas llamar a los genitales por su nombre: pene y vagina, mas aún decir vagina cusaba mayor incomodidad que decir pene, gracioso pero observable. También esa incomodidad de decir homosexual, prefiriendo el “amanerao”, “fletito”, “mariconcito”, o en sus versiones despectivas: “maricon culiao”. Y aunque no tiene que ver con el sexo, pero siguiendo la logica hipocrita de nuestra sociedad, decir pobre nos es mas incomodo que decir “personas de escasos recursos”, “humildes” etc...

Nuestro propio vocabulario con una infinidad de nombres para denominar al pene (“pongale nombre al 8=D”), nos indica nuevamente esa preferencia por hacer parecer que nos tomamos las cosas con humor y decirlo todo de manera eufemistica o graciosa antes que de la manera que se considera correcta, pues decir las cosas como son, nos incomodad un poco. Siempre es mejor reirnos de nustra decadencia con el Coco Legrand, antes de escuchar a un extranjero que nos diga lo que somos en nuestra cara y “sin hueviar”.

Creo que eso también se debe el hecho tan patetico de aquél “seudodestape televisivo” de los ultimos años, es decir que nuestro humor gire en torno a tetas y culos no nos hace mas evolucionado o liberales, solo muestra lo pequeño de nuestro mundo, mientras hacen solo un par de años se estableció el divorcio; la pildora del día después sigue siendo tema de pelea en un congreso tan patetico y decadente como sus propios adherentes y detractores; el aborto ni que hablar; a más de alguno le incomoda todavía comprar condones en la farmacia. Somos hipócritas, pero aun así preferimos seguir siendo hipocritas y hacernos los huevones, total, todos participamos del engaño.

Thursday, November 20, 2008

Del hedonismo intrínseco y otros discursos...

Por Felipe Sánchez Barría.

Partamos de la base que una madre no se levanta todos los días a las 6 de la mañana a trabajar 14 horas diarias como trabajadora “no calificada”, para mantener a sus cuatro hijos, por placer. Partamos de la base que quienes trabajan por “vocación” con niños en un alto riesgo social lo hace porque goce viendo a estos niños en su miseria. Partamos de la base que una persona con una depresión y con tendencia suicida no se inflinge daño físico, como cortarse las venas, para desviar su atención a este tipo sufrimiento (físico) que al sufrimiento de tipo síquico, del alma, del espíritu o como se llame; si no es porque el dolor físico es menor que ese otro dolor, que para mi es imposible describir. Si asumimos que el amor (terreno difícil de abordar) es la negación de uno mismo; en la proyección en el otro, al que amamos; entonces nuestro sufrimiento es el sufrimiento del otro, y cuando el otro sufre nosotros sufrimos, por tanto evitamos que la otra persona sufra, incluso haciendo sacrificios que pudiéramos perjudicarnos directamente.
Pero probablemente esa madre se sentiría peor, tal vez su conciencia no la dejaría en paz, al ver a sus hijos sufriendo miseria, porque, como mencioné en el caso del amor, el sufrimiento del que se ama se vuelve nuestro propio sufrimiento; así mismo la alegría del que se ama se vuelve nuestra propia satisfacción, y por tanto no escatimamos en sacrificios para llevar a cabo nuestra propia satisfacción. En otras palabras si no podemos lograr nuestro goce, por lo menos tratamos de evitarnos un sufrimiento mayor.

Probablemente, alguien me dirá “yo disfruto más tomándome una cerveza con mis amigos que el trabajo voluntariado con los niños de un sector muy marginal de la ciudad”, y probablemente le crea que superficialmente disfruta mas bebiendo una cerveza, pero si trabaja de voluntario con niños en riesgo social (trabajo que en mi opinión se necesita un buen par de huevos, aunque paradójicamente sean las mujeres las que mayoritariamente hacen este trabajo), es muy probable que en su socialización, en otras palabras, que en la experiencia de su vida, tenga una alta valoración tener este “conciencia social” y por tanto, de no hacer este trabajo voluntariado, sentiría una incomodidad debido a la incoherencia entre lo que siente y lo que hace. No quiero decir con esto, claro esta, que goce trabajar con niños que tal vez el problema mas mínimo que tienen es el hambre, sino que si no lo hiciera, insisto, su conciencia no lo dejaría tranquilo.

Que no se me llame determinista, como ya me lo han dicho…simplemente considero que depende de nuestra socialización, de nuestra experiencia y experiencias del mundo, lo que determina la manera en que buscamos el goce, o en su defecto, evitamos el sufrimiento. Basta decir, que muchos dicen “odio la pobreza”, “no me gusta ver sufrir a la gente”, o como diría un masoquista “gozo con el dolor físico”…todas estas frases tienen algo en común, son en primera persona…de hecho si usted no esta de acuerdo con lo que escribo, será usted y nadie mas que usted el que sentirá de una manera particularmente suya el rechazo o la indiferencia o la aceptación de lo que escribo, su sentimiento será exclusivamente suyo. Bourdieu ha utilizado el termino “habitus” para referirse a la practica cotidiana como una improvisación prolongada dentro de un armazón de esquemas inculcados por la cultura lo mismo en la mente que en el cuerpo (schéma corporel y schéma de pensée), en otras palabras depende de nuestra experiencia y experiencias con la cultura que determinamos nuestras practicas cotidianas que si bien son improvisadas se encuentran limitadas por estos campos, y que, en mi opinión siempre tienen de buscar, en ultimo termino, nuestro goce o evitar sufrimiento. Somos intrínsicamente hedonistas.
El problema principal, o el conflicto con el que siempre tendemos a chocar es con el problema de los juicios de valor. Lo que es bueno o lo que es malo. Lo que es socialmente bueno o lo que es socialmente malo. A comienzos de la edad media, explica Vouchez, con el imperio carolingio, la pobreza no era algo muy bien visto, debido justamente a que era una sociedad de mucha pobreza y hambruna. No obstante, esa percepción cambió entre el siglo XI hasta el siglo XIII, periodo de mayor esplendor económico en la Edad Media. Es en este periodo de expansión del comercio, donde surgen órdenes religiosas dedicadas a la “Santa Pobreza” principalmente la Franciscana. La pobreza llega a verse como necesidad imperiosa para llevar una verdadera vida espiritual, se valora como lo realmente bueno, mientras la usura se relaciona con el pecado capital de la codicia y por tanto se considera como algo malo; la reforma gregoriana y su rechazo a Cluny es el mayor símbolo de esta idea en la época. Así mismo, en una época como la nuestra donde luego de dos guerras mundiales, conexión comercial de tipo global (el termino globalización, comenzó siendo un termino utilizado en economía), donde cada día el mundo es mas competitivo (aunque eso es discutible entre tanta mediocridad) e individualista, reconocerse egoísta es algo malo y por tanto, es arriesgarse a ser socialmente marginado (algo que probablemente no causa goce, aunque no se confunda a ser socialmente marginado, con ser socialmente mal considerado, que es algo, que en mi opinión, muchas veces alimenta mas el ego). Entonces, el problema no esta en ser lo que se es, sino en ser bueno o malo, y eso se construye socialmente, Foucault probablemente me diría que el poder determina que es malo o bueno. Lo malo claramente seria lo que evita la reproducción del poder. Bourdieu me diría, tal vez, que lo malo es lo que detiene, lo que el ha denominado, la “reproducción cultural”. En otras palabras, nada es malo o bueno per se.

Casi siempre somos los últimos en tomar la decisión, y siempre que tomamos esta decisión, esta tiende a ser la que menos daño o mas goce nos produzca. Y digo casi siempre, por el único (único que se me ocurre) caso de que alguien nos mate sin preguntarnos si es lo que queremos. Pero si alguien nos apuntara con un arma y nos obligara a hacer algo que no queramos, lo que más detestaríamos, entonces también elegiríamos. Dos opciones, o deseamos vivir y hacer aquello no queremos hacer, en ese caso para nosotros seria peor morir; o morir y evitar hacer aquello que detestamos, en este caso entonces evitar hacer lo que no queremos seria mejor que no morir.

Claro, usted estará pensando “maldito existencialista sartreano, cree realmente que estamos condenados a ser libres”, la verdad es que no y si. No, porque Sartre decíamos que estábamos condenados a ser libre, en ese caso, en mi opinión seria un contradicción, pues estar condenado a algo, no es estar libre, no puedo ser libre si mi decisión es justamente no ser libre y aun, así, seguir siéndolo. Y si, creo que si somos libres, porque como mencione anteriormente, somos los últimos en tomar decisión, dentro de nuestra situación, es imposible no estar condicionado al contexto. En este caso, se vuelve un tema semántico ¿Qué significa Libertad o, mejor dicho, ser libre? Es, acaso, que nuestra situación ¿se adecue a la definición de una palabra (soportando la arbitrariedad de las definiciones de palabras) o ser libre es solo sentirse tal, en la propia definición de libertad? Nuestro mundo se construye en el contexto social, nuestra experiencia jamás están aisladas de otras, por tanto nuestra elección depende de nuestra situación a nivel de estructura de mas largo plazo; o puede ser en una situación mas coyuntural, como el situación del arma y la decisión rápida. Todo esto me demuestra, que siempre es relativo todo y nada, que siempre algo puede ser y no ser al mismo tiempo (solo basta pensar en la prueba del ratón adentro de la caja tapada completamente con un dispositivo eléctrico en su interior, donde el ratón puede estar vivo y muerto al mismo tiempo).

Alguien me dijo que yo era un relativista, y que por relativistas como yo “no había habido revolución”, la verdad es que justamente por eso no ha habido revolución. Porque viven echándole la culpa a otro de las desgracias propias, no quiero decir que nos las tenga, pero tampoco que las tengan; simplemente ¿por qué tenemos que culpar?, porque tenemos que buscar culpables, de algo que simplemente es. Ya dije que nada es bueno o malo por si. También se me dijo que mi postura era la que mantenía el status quo. Lo dudo. Son sus propias actitudes las que mantienen el status quo. Para romper con ello lo primero que deberían romper es con el status quo en su valores, son los mismos valores de los ricos el de los pobres, el de los poderosos con el de los sin poder, todos creemos que matar es malo, y ¿si alguien me pide que lo mate? Acaso alguien no puede ejercer su derecho a ser “matado” (asesinado, en nuestro lenguaje). El derecho mas preciado que hemos construido es el derecho a la vida, pero yo pienso que un derecho es aquel en el que uno tiene el derecho a no ejercer aquel derecho, y por tanto también deberíamos tener el derecho a ser “matados” o a suicidarnos, sin perecer todos los castigos sociales y morales (entre ellos el infierno o algún castigo del dios de tu cultura). Pero, ¿Por qué a la gente con tendencia suicida se le vigila de manera que se evite su suicidio?, claro está, para no perder una vida y ¿por qué?, eso no lo entiendo, encubrimos la actitud mas egoísta del mundo dentro de un discurso altruista. Si es verdad, no queremos que esa persona se suicide porque somos egoístas, porque no queremos sufrir, queremos evitar nuestro propio sufrimiento al ver que ya no tendremos a ese ser amado, pero somos egoístas y sufrimos por nosotros. No niego con esto que no se sufra en el proceso de tener un ser querido con este tipo de patología, en absoluto lo niego, es una patología que hace sufrir a nuestro ser amado, y por tal nos hace sufrir a nosotros, y creemos ingenuamente que una clínica o algún tratamiento podrá remediar aquel sufrimiento, pero bueno necesitamos creer en que estará mejor, aunque eso signifique drogas y demás, pero no podríamos soportar la idea de que no sea así.

Cualquiera que leyera esto podría pensar que soy algún inadaptado (y quizás varias otras cosas más; algunas mas ofensivas que otras, aunque no me sienta ofendido), pero la verdad es que mi socialización es tan común (no quiero usar la palabra normal) a la cualquier “cristiano occidental”, comparto los mismos valores que mis pares; y por tanto no me causa goce matar, robar, mentir, hacer daño a los demás, ni mucho menos a los que quiero….

En fin, se me acaba la inspiración, tengo que cumplir con lo que la sociedad me exige (que es, claro, lo que yo elijo hacer, antes del castigo social)… es decir reforzar la institución de la buena calificación y lo que ello conlleva.

Espero todo tipo de comentarios, ojala sean originales…espero no me salgan con que me contradije todo el rato y que me lo pueden demostrar porque eso no me interesa, fue un discurso sobre la contradicción…

Saludos.

Friday, September 22, 2006

Ética, Actividad Pública y Educación

Aristóteles, en su Ética a Nicómaco, nos advierte que "el bien es ciertamente deseable cuando interesa a un solo individuo; pero se reviste de un carácter más bello y más divino cuando interesa a un pueblo y a un Estado entero". Max Weber distinguió entre los políticos que viven para la política y los que viven de la política. En el último caso, la ambición política deja de valer por sí misma y se rebaja al nivel de un valor instrumental al servicio del enriquecimiento. Si se indaga respecto de los más graves problemas que afronta y enfrenta la sociedad contemporánea, ésta que se asoma en el siglo XXI, no es difícil advertir que en la base de todos ellos se encuentra la ausencia de valores éticos, preferentemente los de orden superior, y la carencia de efectiva y real filantropía, esto es, amor a la humanidad y a nuestros semejantes. Si en el alma de los que tienen la real posibilidad de decidir siempre primara la conducta guiada por esos valores, por el humanitarismo, con seguridad el mundo de hoy no vería los errores y los horrores que es dable conocer y los que son posibles de atisbar y hasta pronosticar. La vida en comunidad es, hasta ahora, absolutamente necesaria, puesto que se ha demostrado que la mejor forma para que los hombres puedan superar problemas que individualmente sería imposible o muy difícil hacerlo es la "empresa" considerada en su modo más primitivo de conceptuación. La naturaleza humana, proveniente principalmente de su condición biológica, impone necesidades totalmente indispensables de satisfacer, pues, de otra manera, se arriesga la existencia del sujeto o de la especie; entre las más vitales: hambre, sed, dormir, protección del cuerpo de enfermedades e inclemencias del tiempo, reproducción, etc; las llamadas concomitantes culturales han llevado a un plano superior instituciones, usos y costumbres surgidos de los más básicos requerimientos naturales (por ejemplo, el matrimonio y todas las instituciones surgidas en su rededor, aparecen del sólo hecho biológico de la reproducción). Por otra parte, la "situación humana", al decir de Fromm, ha generado necesidades que sólo el ser humano experimenta: trascendencia, relación, arraigo, etc. Ambas necesidades, naturales y humanas, requieren de la convivencia y la vida en comunidad, vida que al estilo de la orgánica genera necesidades que no aparecen en la existencia individual. El "Bien Común" El denominado "bien común" equilibra los intereses legítimos y necesarios de satisfacer de cada sujeto y los de la comunidad. Encontrar los procedimientos y los recursos para dar la debida satisfacción a los requerimientos del bien común, conduce a la organización y a quienes la dirijan, y, por extensión, a los responsables de la patria y el Estado, unificados en la noble actividad de la política, que encuentra en la democracia, forma de vida y estilo de gobierno, el mejor modo de organización que se haya podido establecer. Los dirigentes políticos encarnan el ideal de la conjunción de intereses individuales y los colectivos, comunes o comunitarios. En el régimen democrático, que tiene, entre otros de sus supuestos básicos, la voluntad ciudadana, los dirigentes o gobernantes representan la voluntad de quienes los eligieron o la convicción de que aquellos, y no otros, son los mejores y más aptos para encontrar los caminos, las vías, los procesos para la deseada y a veces utópica conjunción de la individualidad y la comunidad, con resguardo de algunos otros elementos que la modernidad ha puesto como principios y valores deseables del régimen democrático, destacando la libertad y la igualdad, entendida esta última como la posibilidad de que todos los individuos tengan la misma posibilidad de acceso a los bienes sociales a similitud de requisitos para acceder a ellos y con atención preferente a los desposeídos o a quienes la propia sociedad ha puesto en situación de indigencia o desmedro. Vocación Pública: el Dirigente al Servicio de la Comunidad De estas ideas muy básicas, emana la condición de que los dirigentes sociales están al servicio de la comunidad, la llamada "vocación pública"; y no es la comunidad ni sus bienes los que están al servicio de sus dirigentes, lo que es más propio de los regímenes que, bajo diversos nombres en la historia, son la antítesis de la democracia. Desde antiguo, sin embargo, el individuo y la comunidad han debido hacer un distingo entre el bien y el mal (desde el paraíso, diría alguien); de allí las ideas respecto de la ética y la moral, herramientas del intelecto que han permitido -mediante diversos códigos de ese tipo- hacer la necesaria diferencia entre la luz y la sombra de las acciones. Se espera de quienes son los dirigentes la cultura suficiente, innata o aprendida, para realizar adecuadamente esta operación teorética de separar lo que es posible y deseable de hacer, conforme a las facultades que posee, y lo que no conviene ni es pertinente, de acuerdo a las mínimas normas de común aceptación. Asimismo, reconociendo que la perfección humana no existe, se espera, sin embargo, que los líderes sean hombre virtuosos o llenos de una vocación cívica y de servicio, capaces, en alguna medida mayor que menor, de convertirse en modelos de honor. Los valores, tema tan imbricado con la ética y la moral, se anidan en el espíritu y en la conciencia moral de los hombres, de acuerdo al tipo de educación - sistemática o refleja- que cada sociedad es capaz de entregar a los suyos y del modelo o traza de hombre que se busque como deseable en cada época de la historia. La historia, siempre buena consejera o excelente vitrina del acontecer humano, demuestra que en épocas de decadencia, de sombra, los modelos son diferentes a los de momentos de altura y de luz en la civilización. Una Educación Formativa De allí la necesidad de que la educación no sólo debe ser informativa, sino esencialmente formativa y ha de incluir elementos éticos claros, en los que los niños, jóvenes y adultos adquieran precisión y lucidez de lo que se espera, en sociedad, de los diferentes roles que se pueden ejercer en ella, con el agregado de la excelencia en la formación cívica para esclarecer los derechos, los deberes y las responsabilidades del ciudadano frente al Estado y viceversa, como también de lo que se espera de quienes son llevados, por la voluntad democrática y el adecuado funcionamiento de las instituciones, a conducir la comunidad desde cualquiera de los llamados poderes del Estado. Los chilenos tenemos la legítima opción de considerar mejor tal o cual corriente partidista como la más apta para la conducción del país. Igualmente -si los medios de comunicación gozan de auténtica independencia y libertad para juzgar los éxitos y los fracasos de los conglomerados que, transitoriamente, gobiernan el país - alcanzar todos, por sobre las diferencias partidistas, la coincidencia en la necesidad de obtener y mantener un gobierno probo y transparente. Creemos que la nuestra es una comunidad que busca, saludablemente, un mejor destino para los suyos. El espíritu nacional está básicamente sano y no descompuesto. Cualquier foco público o privado que no se avenga con la conciencia moral de la patria, ha de ser cuidadosamente considerado y amagado para que no cunda ni corroa a la población en sus diferentes instituciones. Y, singularmente, el sistema educativo -repetimos, sistemático o reflejo- debe estar alerta para mostrar lo que no es deseable, así como los daños que puede producir a la colectividad la carencia de ética en el ejercicio de las funciones públicas.

Autor de la Nota: Jorge Carvajal Muñoz
Ex Gran Maestro de la Gran Logia de Chile

Friday, September 15, 2006

Enrique Molina Garmendia, fundandor y primer Rector de la Universidad de Concepción.

Nació en la ciudad de La Serena el año 1871. Fue hijo del escribano Telésforo Molina y de Mercedes Garmendia, quien falleció cuando el futuro maestro tenía solo 4 años de edad. La iniciación escolar de Molina fue en la Escuela Pública de Niñas, período de su vida que él siempre recordó con el ojo del crítico profesor moderno: "Debo anotar que por desgracia el profesor no manifestaba ningún afecto por sus alumnos y parecía al contrario complacerse en atemorizarlos y hasta martirizarlos...". En 1887 y gracias al apoyo paterno, viajó a Santiago con el propósito de estudiar Medicina. Sin embargo, el alto costo de los libros requeridos lo hizo desistir, e ingresó entonces a la Escuela de Derecho. La fundación (1889) del Instituto Pedagógico, cuando él aún cursaba leyes, le presentó a Molina el camino de su verdadera vocación: la de maestro. Como él mismo lo señalaría más tarde: "En el Pedagógico aprendí a salir del marasmo en que me mantenían envuelto vicios contraídos en el liceo. Aprendí a trabajar, a estudiar y comencé a sentir el seguro resorte de una disciplina interior. Arraigó en mí la idea de que Chile necesitaba más profesores que abogados y educar se me presentó como una misión social. Fue la iniciación en la búsqueda de un sentido pleno de vida" .El 14 de marzo de 1902, mientras impartía docencia en el Liceo de Chillán, se recibió de abogado, profesión que nunca ejerció. Se casó con Ester Barañao, con la cual tuvo un hijo. Joven y entusiasta profesor provinciano Tras haberse titulado de profesor de Historia y Filosofía, Enrique Molina comenzó su carrera docente en el Liceo de Chillán, impartiendo las cátedras de Historia y Geografía. Tenía la tarea de implantar la reforma educacional decretada por gobierno. En ese recinto conoció al profesor de Castellano y Francés Alejandro Venegas, con quien desarrolló una estrecha y profunda amistad. Luego de 10 años en el Liceo de Chillán, decidió pedir su traslado a Concepción y allí permaneció durante dos años (1902). Revolucionario maestro talquino En 1905 fue nombrado director del Liceo de Talca, y llamó a Venegas a asumir la vicerrectoría de ese establecimiento. No fue fácil la tarea para el moderno director, en una ciudad conservadora y pacata, como era Talca esos años. Su decidida intención de entregar a las ávidas mentes juveniles principios científicos exaltando el poder de la razón humana, le trajo la molestia de la comunidad, como el mismo maestro lo señalara: "En realidad, las cosas se complicaban, mas no hasta el grado de hacer zozobrar la nave. Contábamos con el apoyo seguro del Conse Reconocimiento a su laborjo de Instrucción Pública, lo que no obstaba a que el ambiente dentro de Talca fuera para nosotros asfixiante. Nos sentíamos allí como de guarnición en una ciudad sitiada". Durante la dirección del Liceo de Talca, Molina publicó sus primeros trabajos: La Misión del Profesor y la Enseñanza (1907); La Filosofía Social de Lester Ward y La Ciencia y el Tradicionalismo (1909), y El Pragmatismo de William James . Sus escritos y su desempeño lo convirtieron en el pedagogo más prestigiado de su generación. Esto le valió el reconocimiento del gobierno, que lo envió a perfeccionarse a Alemania y Francia, en 1911, y posteriormente a Estados Unidos, en 1918, en Pedagogía y en la administración y organización de universidades. La Universidad de Concepción En 1916, Molina se hizo cargo de la rectoría del Liceo de Concepción. Desde ese cargo se convenció de la necesidad de ampliar los estudios, permitiendo así una salida universitaria a los jóvenes de la región, próspera económicamente y ya bastante poblada. Su iniciativa lo llevó a presentar su proyecto al mismo Presidente de la República, Juan Luis Sanfuentes: fundar una universidad en esa ciudad. Sin embargo, no tuvo éxito inmediato. Molina inició entonces una campaña para obtener fondos para la nueva universidad, que nacería en 1917 sin el apoyo estatal tantas veces solicitado por él y los penquistas. La creación de la Universidad de Concepción significó un enorme adelanto para la región, cuyo sostenimiento se aseguró con la creación de las "donaciones por sorteo", que sería el principio de la Lotería de Concepción (1921) Rector En 1918, Enrique Molina fue enviado nuevamente a perfeccionarse a Estados Unidos. Recorrió el país de este a oeste, conociendo las universidades de California, Leland Standford Junior, Wisconsin, Chicago, North Wester, Columbia, Yale, Filadelfia, Princeton y Harvard. Aun cuando su formación profesional era deudora de los maestros alemanes, la Universidad de Concepción nacería bajo la fuerte influencia del espíritu y método de las universidades americanas que Molina visitó. En 1919, sus veinte años de docencia y el prestigio que le dieron sus libros y conferencias, lo llevaron a la rectoría de la Universidad de Concepción. A través de este cargo le dio el espíritu a la institución, cuyos lemas serían: "Por el desarrollo libre del espíritu" y "Sin verdad y esfuerzo no hay progreso". Pedagogo y filósofo En su extensa carrera docente, Enrique Molina produjo un sinnúmero de artículos, libros y estudios, centrados en temáticas filosóficas, pedagógicas y sociológicas, así como también en el resultado de sus observaciones en los viajes. Entre ellos están Educación Contemporánea, Por las Dos Américas, De California a Harvard y Peregrinaje de un Universitario. Su obra filosófica -que lo convertiría en el más prestigiado filósofo americano de su tiempo- comprende textos como Filosofía Americana, Las Democracias Americanas y sus Deberes, Proyecciones de la Intuición, y Nietzsche Dionisíaco y Asceta. Liberal y demócrata La obra teórica de Molina fue esencialmente liberal y democrática. Conciente de su misión orientadora, en uno de sus discursos como rector, dijo: "Inspirémonos en el bien social, en la justicia y en la innegable solidaridad que nos liga a los demás hombres y ante todo a la nación en que viéramos la luz. No cumpliría mi misión si fuera de infundir virtud, de adiestrar los músculos e ilustrar el criterio de la juventud, quisiera encerrar sus ideas para todo el porvenir en un marco de hierro haciéndolas gemir y marchitarse bajo principios que no acepte el convencimiento. ¡Ah, no! Hay que ser libres para ser buenos por virtud propia. Y si mañana, obedeciendo a esta libertad, vosotros jóvenes pensáis de una manera distinta a la mía, siempre seréis mis discípulos y mis amigos porque la idea contraria no ha obedecido a fines cobardes y menguados sino que ha obrado espontáneamente y madura como el mejor fruto del alma". Ministro de Educación Pública Molina fue llamado por el Presidente Gabriel González Videla en 1947 para hacerse cargo de la cartera del Ministerio de Educación Pública. Aceptó con mucho entusiasmo tal designación. Sin embargo, muy pronto debió enfrentarse no solo a las limitaciones económicas de un presupuesto ineficiente, sino también a la crítica de su filosofía tildada de individualista y atea. A estas acusaciones con interés político, el maestro Molina hizo su debido descargo. Para Molina el lema del Estado docente no pasaba de ser "un verbal saludo a la bandera", ya que el gobierno no entregaba fondos suficientes a la educación. Eso movió al maestro a realizar una acción benéfica de orden persona, solucionando -dentro de sus capacidades- los problemas no solo económicos de los profesores, sino también familiares. Molina fue uno de los pocos chilenos que recibió una importante número de honores en vida, tales como rector vitalicio de la Universidad de Concepción, y profesor honoris causa de la Universidad de Chile. El prolífico maestro falleció el 6 de marzo de 1964 .

Sunday, August 06, 2006

El Trabajo, no solo fuente de ingresos, tambien de vida

Mas de alguno habra escuchado "el trabajo dignifica" pero jamas habra tomado el real peso de aquella frase (otros quizas sí).El trabajo, es sin lugar a dudas el culpable de la evolucion humana. El hombre se ha formado gracias al trabajo, al trabajo eficaz y desinteresado, porque nada es mas perfecto que un trabajo realizado por el unico objetivo de sentirse realizado y es ahi donde apunta aquella frase, a la autorealizacion.
Abraham Maslow, jerarquizo las necesidades humanas en una piramide, y puso en la base las necesidades basicas(fisiologicas, seguridad y sociales )que son necesidades de ausencia, por otro lado, en la cima, dejo las necesidad de presencia, es decir lo que corresponderia al reconocimiento, y por ultimo a la autorealizacion (no me faltan cosas sino que requiero de un exeso de ellas). La mayoria de los hombres solo alcanza a satifacer las necesidades básicas, e incluso algunos nisiquiera eso. Esto se debe principalmente a la carencia de valores que existen en la sociedad de hoy, y que se ve reflejada principalmente en nuestros jovenes (lo digo por conocimiento de causa. Aun soy joven). Muchos de ellos ven el trabajo como algo aborrecible, que lo unico que logra es encarcelar al hombre, y mas aun, cegandolo de las verdaderas cosas que importan en la vida. De esto, mucha culpa tienen los padres ya que, por un lado, son personas irresponsables que tampoco conocen el sentido del trabajo y valoran mas el "sacar la vuelta" porque eso es de astutos, o bien porque viven en un exceso de trabajo dejando de lado cosas tan importante como la familia, por esto los jovenes ven el trabajo como algo dañino.
Volviendo al tema de las necesidades, y centrandome en las necesidades superiores (reconocimiento y autorealizacion) podriamos nombrar variados personajes que han llegado a este "estado" (por llamarlo de algun modo). Mahatma Gandhi, considero que fue uno de ellos, un hindu que vivio en una epoca de cruda descriminacion racial, donde su país era colonia Britanica y pese a todo esto en contra llego a ser abogado de la University College de Londres, y aun mas, fue uno de los principales actores de la independencia de la India. Pero la verdadera importancia de Gandhi se encuentra en el metodo usado para llevar a cabo su empresa, un metodo que solo puede ser ocupado por un hombre de una fuerza espiritual enorme, por un hombre con una valentia incomparable, por un hombre completamente autorealizado. Este metodo fue la paz. Usar esta "arma" como medio de defensa y ataque solo es posible a traves del constante trabajo y preparacion, y por sobretodo por la posesion de excepcionales valores filantrópicos.
Lo cierto, es que si queremos crecer como sociedad debemos tener en cuenta el trabajo como valor, como el principal motor de desarrollo y crecimiento. Porque el hombre que ama su trabajo se vuelve uno con su entorno poniendo a beneficio de su labor todo su intelecto y creatividad, haciendose mas hombre. Pero el trabajo debe ir acompañado de otros valores, como el valor humanista. Al realizar mi trabajo debo de hacerlo siempre pensando en que sea un beneficio a mis semejante, siendo este mi principal motivador. Es asi como el cientifico se encarga de buscar la cura para una enfermedad mortal; o como el ingeniero se preocupa de perfeccionar los caminos, para evitar accidentes; como el profesor se encarga de guiar a sus pupilos por una senda llena de valores; como el lider se encarga de establecer lazo de paz y fraternidad; como el sindico se encarga de defender los derechos de su gremio; como el jefe se encargar de satisfacer las demandas de sus trabajadores; es asi, en definitiva como crece Chile, con el pescador en el sur y el minero en el norte, con el empresario y con el obrero, con los politicos y la ciudadanía. Pero siempre en pos de una misma empresa, la sociedad.